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viernes, 22 de julio de 2011

Un día te llamé amor,y ahora debo llamarte amigo.

Sí,cosas que piensas que sólo ocurren en películas,que sólo les ocurre a personas que nunca eres tú,piensas que una cosa así nunca te va a suceder y de repente ¡PUFF! Una niebla repentina acecha en tu cabeza,las ideas se nublan,te pierdes y de repente una luz aparece,la sigues y de repente ahí está él,mirándote a los ojos,con una mirada brillante y confundida,sin saber muy bien el por qué pero hay algo que tú si sabes y él no.
Las cosas suceden siempre por alguna razón,aveces la desconoces,pero no por ello no tiene por qué existir.
Algo cambia,todo se esfuma,o mejor dicho, debe esfumarse.Debes olvidarte de él y que él se olvide de ti. El sentimiento es mutuo pero hay algo que se interpone en nuestro camino,algo que nadie puede cambiar y que forma parte del destino,aquel destino que ya se escribió y no se puede cambiar.
Según cuenta la leyenda,una persona cual llamaste amor,no puedes llamarle amigo.Para mi esa leyenda es incierta,lo demostré una vez y lo demostraré otra vez. De la amistad al amor hay solo un paso,del amor a la amistad una adversidad.
Si ambos miembros de la pareja ya acabada comparten el mismo sentimiento,será difícil,pero no imposible.
Un día te llamé amor, y ahora debo llamarte amigo.

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